Comunidad y Educación Pública: el otro rol de la docencia en pandemia

Por Diego Carballido
Son momentos en donde se comienza a barajar el posible regreso a las aulas, cuestión que en la provincia de Santa Fe tiene que primero desanudarse salarialmente ya que la propuesta de un bono como posibilidad de aumento no convence a ninguno de los gremios. Por estos días donde se habla de aventurar conclusiones acerca de las verdaderas consecuencias de la pandemia en la que las y los alumnos, junto con los y las docentes, transitaron gran cantidad del año en una modalidad, llamémosle, virtualque tuvo concretamente la fotografía de las escuelas con las aulas vacías.
Es en estos tiempos cuando afloran las historias de un sinnúmero de particularidades, o dificultades, que han tenido que transitar quienes ponen el cuerpo para educar en las zonas más alejadas del centro de la ciudad. En esos espacios donde muchas veces la escuela constituye algo más que un edificio donde se comparten saberes y se convierte en un lugar donde se está a salvo de un contexto social que se presenta, como mínimo, poco amigable.
De estos escenarios carenciados, pero llenos de humanidad, es que se nutre la historia del grupo de docentes que decidieron conformar en plena pandemia el grupo que denominaron “Comunidad y Educación Pública”.
«Nuestra comunidad educativa es carente de muchas cuestiones, pero con la llegada del coronavirus sus carencias y necesidades se complejizaron mucho. Por ese motivo, tuvimos que salir a dar una mano».
Así lo señaló Manuel, docente en las escuelas Nº 539 y Nº 133 en la zona noroeste. El contacto con el docente se produjo cuando llegó la noticia de que en los primeros meses de aislamiento había un grupo de trabajadores de la educación que habían decidido armar un “roperito solidario” para ayudar con algo de ropa, calzado o abrigo a las familias del barrio ante la llegada de los primeros fríos.
“Decidimos armar una pequeña colecta entre unos pocos docentes, lo compartimos con una de las escuelas y tuvimos un resultado muy bueno”, contó en ese momento Manuel, acerca de la génesis de lo que se convertiría en un grupo de docentes que decidieron organizarse al ver que la pandemia les presentaba las mismas problemáticas. Al poco tiempo, armaron una página en Facebook donde pudieron canalizar los pedidos solidarios y se sumaron más establecimientos educativos que conformaron una red que une a comunidades de los barrios Nuevo Alberdi, Cristalería, Rucci y Zona Cero.
Obviamente, con el endurecimiento de algunas medidas de aislamiento y la presencia inminente de la circulación comunitaria del virus, los integrantes de Comunidad y Educación Pública comenzaron a realizar de manera más esporádica los encuentros donde se reunían las familias del barrio para buscar algo de ropa o abrigo.
«Un día vino una madre a buscar algo que necesitaba y nos dejó ropa que ya no utilizaba. De esa manera, comprendimos el gesto de la verdad solidaridad. Alguien con escasos recursos que tenía también intenciones de ayudar a otros vecinos», contó en su momento Manuel.
El tema que suena en la radio
Sumado a la cuestión del abrigo y al incremento de la demandas de alimentos en los comedores del barrio, los y las integrantes de Comunidad y Educación Pública se encontraron con otra cuestión a resolver en medio de la pandemia. Gran parte de su alumnado contaba con muy pocos medios para lograr una comunicación que no requiera la presencialidad.
En el barrio no abundan las computadoras, en algunos casos la PC está pero no hay conexión a internet y en muchas familias el único elemento de conectividad es un celular que deben compartir entre todos. Ante esta adversidad surgió el segundo proyecto de este grupo de docentes. Así lo relató Cintia Pérez, maestra de la escuela 20 de junio y también integrante de Comunidad y Educación Pública.
“Pensando en aquellos alumnos que no hemos podido contactar durante la pandemia, producto de las complejidades de la conectividad, surgió la idea de hacerlo a través de la radio”.
Destacó Pérez y agregó que fue una vecina quien se les acercó y charlando les dijo que tenía una radio en la zona rural de Nuevo Alberdi, una lugar con dificultades para el acceso. El interés del grupo fue inmediato ya que tiene un alcance que llega a los barrios donde están trabajando.
Frente a esta posibilidad, los y las docentes se pusieron en campaña para tratar de conseguir la mayor cantidad de aparatos de radio. «Existe una app donde los chicos pueden escuchar la radio, pero estaríamos con el mismo problema de acceso desde un celular. Por lo tanto, se nos ocurrió una colecta de aparatos de radio para que, cuando transmitimos, todos tengan donde poder escuchar», explicó Pérez.
La maestra aseguró que en estos meses de pandemia: «La conectividad en estos barrios se basó en el uso del WhatsApp. Utilizamos este medio ya que los celulares están al alcance de la mayoría, pero no de todos. En algunos casos, se comunican entre vecinos para recibir y compartir las tareas. Por eso, muchas de las docentes les acercaron las tareas impresas a los alumnos y alumnas que no se habían podido comunicar».
Al mismo tiempo, Pérez explicó que con la flexibilización del aislamiento sucedió que «los padres y madres que han podido conservar su trabajo, se van de la casa y se suelen llevarse también el único celular».
Seguimos con la colecta de Radios ! Comunicate !!!!
Publicado por Comunidad y educación pública en Viernes, 7 de agosto de 2020
La iniciativa tuvo una rápida réplica en las redes sociales y el grupo comenzó a recibir una gran cantidad de aparatos radiales con los que ya se encuentran transmitiendo las primeras emisiones radiales con el material educativo, que por otros medios les resultaba difícil de compartir.
La experiencia de este grupo de la zona noroeste es una de las tantas vicisitudes que han tenido que afrontar los y las trabajadoras de la educación que se desempeñan en los barrios. Son estos lugares donde la pandemia no hizo más que poner en evidencia las necesidades que ya estaban presentes, pero que esta situación sin lugar a dudas las agravó. Aquellos espacios donde los recursos no abundan y donde la tarea de educar se convierte en una verdadera red de contención que les permite a las y los pibes de los barrios seguir soñando con un futuro posible.
Fotografías extraídas de la página de Comunidad y Educación Pública
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