Rosario tiene Garganta
Por Diego Carballido Fotografía: Cristian Maiola
El medio de comunicación popular y autogestivo surgido al calor de las ciento cuarenta asambleas que representan a “La Poderosa” en todo el país, y plasmado en la revista “La Garganta Poderosa”, desde este viernes tiene su primera redacción fuera de Buenos Aires y funcionará en el edificio del Centro Cultural La Toma. «El trabajo se está pensando a nivel regional, para que esta redacción aborde problemáticas de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, y La Pampa», explicó Fátima Barrera, referente de “La Poderosa” en el barrio Los Pumitas de Génova al 2500. «Nos dividimos en grupos de trabajo y tenemos gente para redacción, foto y diseño. Todos vamos a trabajar en coordinación con Buenos Aires para hacer una sola Garganta», dijo Fátima.
El grito de “La Poderosa” lleva implícito las voces de todas las necesidades y problemáticas que aquejan a los barrios populares, más aún en este presente de crisis, y las comparte con el cuidado y el estilo que hizo de esta revista una verdadera marca registrada. «La Garganta empezó a gritar en Zavaleta y ahora continúa gritando en Rosario de la mano de Los Pumitas, de La Cariñosa y de cada una y cada uno que construye este poder popular», expresó María Claudia Albornoz, referenta de “La Poderosa” en la ciudad de Santa Fe.
La alegría de ampliar el espectro de voces y hacer oír aquellas que muchas veces no llegan a los grandes medio de comunicación fue la razón suficiente para que el evento se convirtiera en una fiesta. La guitarra de Varón de Ludueña, las rimas de los pibes del barrio Los Pumitas y La Sexta, las canciones de Marcos Migoni de Farolitos y la cumbia de Ayelen Becker fueron armonizando la tarde noche donde también hubo feria y una muestra de trabajos de “La Garganta Poderosa” a través de los años.
«De periodismo no puedo hablar porque no es mi fuerte, si sé que la comunicación popular me representa. Miro los grandes noticieros para entender el lenguaje, pero el campo popular me da herramientas», dijo Marcos Migoni, entre canción y canción. “Estoy acá porque soy militante. Vengo de una familia muy humilde y sé lo que es la lucha. Hoy quise apoyar y aportar mi granito de arena», compartió Ayelén Becker.
«La redacción es el lugar donde puedo seguir aprendiendo y a través de la escritura expresar lo que me causa ver que los comedores no dan abasto. Eso en la televisión no lo pasan. La comunicación villera es visibilizar las cosas que vivimos, lo difícil que es tener un futuro siendo pobre por la falta de oportunidades, aunque lo anhelemos con toda el alma», fueron las palabras de Fabio Jerez, también integrante de la flamante redacción Poderosa que funcionará en La Toma.
“Nacho” Levy es uno de los iniciadores de esta experiencia de construcción popular y colectiva, allá por el año 2004 en una humilde cancha de fútbol de la villa Zavaleta en Capital Federal, y fue el encargado en enmarcar esta nueva apuesta de “La Garganta”: «Nunca existieron los barrios sin voz. Existieron sin micrófonos, sin imprenta y sin redacciones, pero voz tuvieron siempre. Acá queremos que la pobreza hable, porque no quieren hablar de la pobreza. No quieren hablar de la raíz del problema, quieren vendernos fruta», dijo Levy al micrófono, mientras a sus espaldas una bandera de la organización reflejaba las miradas de Rodolfo Walsh, Luciano Arruga y Juana Azurduy.
«Esta redacción es importante para un montón de asambleas populares que La Garganta de Buenos Aires no pretende colonizar, hegemonizar o representar. Es importante porque muestra que una comunidad organizada puede hacer por si misma mucho más de lo que han hecho los demás», aclaró Levy.
«Si la línea de la indigencia está en $14.365 y el salario mínimo está en $12.500 quiere decir que podes tener un trabajo en blanco y morirte de hambre. Está legalizada la muerte de hambre y saben: ¿Porque no hay muertes por hambre? Porque están estas vagas y vagos cocinan para 900 personas con raciones que son para 300, en un trabajo que no tiene puesta en valor desde ninguna institución», concluyó Levy.