A la calle, a pelear por lo que es nuestro

Fotografías: Cristian Maiola
Como tantas otras veces, la llegada de este nuevo año encontró a miles de personas manifestándose en las calles del centro rosarino. Los tristemente célebres tarifazos en servicios básicos tales como agua, luz y transporte no se hicieron esperar y se pusieron en marcha a pocos días de empezar enero. Pero durante este mes, también se vio una fuerte respuesta por parte de la gente que salió a las calles a manifestarse en contra de las medidas aplicadas por el gobierno nacional. Esta acción tuvo lugar dentro de lo que fue la Marcha de las Antorchas, del pasado 17 de enero, en la que gremios, organizaciones sociales, políticas y mucha ciudadanía independiente, de todo el país, se hicieron escuchar de forma masiva. El punto de unión fue y es el rechazo a las políticas de ajuste y aumentos desmedidos que la gestión de Mauricio Macri viene aplicando desde que asumió su mandato en diciembre del 2015.
A tan solo poco más de tres años de este suceso, la economía argentina se sostiene a duras penas y viene generando un grave impacto en el bolsillo de la mayor parte de la población. Es por esto que distintas corrientes sindicales de Rosario y la región, la CTA de los Trabajadores, CTA Autónoma, la CGT con sus distintas corrientes y muchas otras organizaciones y movimientos sociales, decidieron salir a las calles nuevamente este miércoles 27 de febrero. La convocatoria es a las 18, en la plaza San Martín y se invita a marchar al son de los bombos y cánticos grupales hacia el Monumento a la Bandera, con el objetivo de repetir la enorme presencia de la marcha pasada. Esta vez, al reclamo por los tarifazos y las políticas de ajuste se le suma el repudio por los despidos masivos que el Estado sigue perpetrando.
“Una de las cosas que se viene discutiendo en esta especie de multisectorial intersindical que se fue generando en Rosario alrededor de las iniciativas que tomamos, es la preocupación por la cuestión social, por el impacto que tienen las tarifas en la producción y en el comercio, por el crecimiento del desempleo en la región. Queremos hacer un llamamiento a las conducciones nacionales para que se expresen en el sentido de un paro nacional que, nosotros entendemos, es realmente necesario para plantear con fuerza cuál es la problemática que hoy viven los trabajadores, comercios, la pequeña y mediana industria y la población en general”, sintetizó Paulo Juncos, secretario general de la CTA de los Trabajadores.
En este sentido, el gremialista se refirió a una decisión general de las organizaciones de realizar un paro regional en la ciudad y en el cordón industrial del gran Rosario en caso de que la CGT no convoque a una huelga en todo el territorio y decida tener una actitud más amigable hacia el gobierno nacional, cuestión que ya le han criticado en varias oportunidades. “Todas estas definiciones se van a ver reflejadas en el acto de mañana y, obviamente, vamos a expresar con mucha firmeza el desastre que las políticas nacionales viene haciendo en la rueda productiva y en las familias, sumado a la situación de los jubilados que es también muy angustiante con los aumentos extraordinarios en las tarifas de los medicamentos”, señaló Paulo.
Por otro lado, Yamile Baclini, secretaria general adjunta del Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario, hizo mención al cruel contexto que afecta a la ciudadanía en general y que ha logrado saldar las diferencias que venían teniendo con otros sindicatos, para aunar fuerzas en pos de un objetivo en común. “Yo creo que una de las cosas que se ha logrado este año es la unidad entre distintos gremios. Nos han llevado a un punto tan crítico que tenemos objetivos que nos hermanan, que son comunes: cuidar las industrias y fabricas nacionales, repudiar el ajuste, manifestarnos junto a las personas que fueron despedidas de su trabajo, por los jubilados que ahora tienen que elegir cuál medicación van a tomar y cuál no, porque no pueden pagarlas todas. Acá se está afectando la dignidad de las personas”, expresó Baclini.
Sin dudas, este año traerá una agenda agitada no solo para los políticos con sus campañas y promesas electorales, sino también para toda la militancia en general que deberá pisar más fuerte que nunca los espacios públicos de la ciudad para hacerse oír. Continuar visibilizando el malestar general de una sociedad que cada día se va encontrando más excluida del sistema, por las políticas de un gobierno que conduce para unos pocos, es la tarea principal y el ejemplo a dar para las generaciones que siguen. Hoy, como muchas otras veces, el pueblo se vuelve a reunir para pelear por lo que le robaron, por lo que es suyo y tanto esfuerzo, resistencia y lucha le costó conseguir.