Un gran frente popular, opositor y feminista

Foto: Ana Isla.
Pilar Escalante, más conocida por su sobrenombre “Pichu” es, antes que nada, una militante feminista. Nacida en Rosario, estudió Ciencia Política en la UNR y fue en la facultad donde comenzó su militancia en la agrupación estudiantil Santiago Pampillón. Con el correr de los años, surgió su creciente interés por los reclamos feministas y comenzó a participar más activamente en la lucha por los derechos de las mujeres e identidades diversas, sumándose en 2012 a la Multisectorial de Mujeres de Rosario que presentó la Ordenanza Municipal de Declaración de Emergencia en Violencia de Género.
Actualmente, es militante dentro del espacio político Patria Grande y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, participando activamente de la lucha por la legalización del aborto en nuestro país.
En esta entrevista, Pichu reflexiona sobre los dichos de Cristina Fernández dos semanas atrás, cuando en la conferencia del Congreso CLACSO resaltó la importancia de armar un frente antineoliberal que incluyera pañuelos verdes y celestes. También, sobre este espacio que ya se encuentra en plena formación y la necesidad de incluir la agenda feminista entre sus prioridades.
—¿Qué implica, para vos, la afirmación de Cristina de que el gran frente ciudadano que dispute las elecciones del 2019 debe unir fuerzas, entre las personas que sostienen el pañuelo verde y las que sostienen el celeste?
—Me parece que, en primer lugar, hay una necesidad de armar un gran frente ciudadano, popular y opositor al gobierno de Mauricio Macri, que tiene como objetivo dar por terminadas las políticas neoliberales que se están desarrollando en nuestro país. Creo que es necesario que abarque los más amplios espacios porque la unión no se hace solo entre quienes acordamos en todo, es necesario encontrarnos con otros, otras, otres que piensan diferente y en eso acuerdo con Cristina. Ahora bien, me parece que la equiparación de pañuelos verdes y pañuelos celestes es un grave error de concepción porque los pañuelos verdes los embanderamos quienes llevamos adelante la lucha por la ampliación de derechos, por el reconocimiento de la otra como un sujeto soberano capaz de tomar decisiones, quienes de hecho estamos luchando contra la expropiación neoliberal también sobre nuestros cuerpos. Los pañuelos celestes -y acá no hablo de las personas que individualmente tienen posiciones en contra de la práctica del aborto- los llevan espacios que se organizaron y militaron en contra de nuestros derechos. Creo que el gran frente ciudadano es un frente que va por la recuperación y ampliación de derechos, entonces espacios que militan abiertamente en contra del derecho al aborto, legal, seguro y gratuito, como tales no tienen lugar dentro de éste. Esto no significa que no tengamos que convocar e interpelar a muchas personas que no se hayan puesto el pañuelo verde.
—¿A qué grupos crees qué se refiere Cristina cuando habla de pañuelos celestes y pañuelos verdes?
—Yo no tengo el detrás de escena de a quién se quiso referir Cristina, pero si puedo decir a quién me interesaría que le hable Cristina como principal referencia de la oposición, entre quienes tenemos la tarea de construir no solo la resistencia, sino también el fin del momento neoliberal. Creo que hay que dirigirse, más allá de la frase que haya utilizado Cristina, a todos y todas quienes nos paramos en la vereda de en frente de las políticas de este gobierno. De hecho, algo que podemos ver es que los grupos organizados detrás del pañuelo celeste es que son los mismos que se organizan en contra de la Educación Sexual Integral y en contra de la defensa de la educación pública y la salud pública, entonces a esos grupos no creo que haya sido a quienes quiso interpelar Cristina cuando habló de un frente neoliberal. Sí, a todas esas personas de a pie, no solo de barrios populares, sino también de un montón de sectores en los que damos las distintas luchas y que no se han sumado a la ola verde, aunque sí, las queremos de este lado construyendo la resistencia al neoliberalismo.
—¿Cómo pensás el fenómeno de la transversalización del pañuelo celeste y del pañuelo verde, en lo que respecta a las clases sociales?
—La transversalización del eje de la exigencia de la legalización del aborto nos sirvió para ver cómo nos atraviesa este lucha como mujeres, como personas con capacidad de gestar, en los más diversos ámbitos sociales, políticos y económicos. Se vio expresado en los votos que logramos por la aprobación al proyecto, por más que no haya salido, cómo se dio un trabajo de transversalización, de creación de lazos y alianzas políticas de lo más diversas, con personas con las que después no tenemos otros acuerdos. También me parece necesario pensar cuáles son los acuerdos estratégicos y tácticos que nos damos como feministas populares, que nos permitan pensar la necesidad del aborto legal desde una perspectiva popular. Nosotras no renegamos de las alianzas que hicimos para intentar conseguir la legalización del aborto, me parece que son alianzas necesarias, valiosas ya que sin los votos y sin el trabajo de algunos legisladores del PRO no hubiésemos avanzado lo que avanzamos. Ahora, eso no significa que sean nuestros aliados estratégicos y políticos y por esto también necesitamos interpelar a muchísimos y muchísimas que no se pusieron el pañuelo verde para que puedan visibilizar que nosotras luchamos por la ampliación de derechos y por una sociedad más justa. Para conseguir un frente que se proponga esto y lograr una sociedad más justa, necesitamos también encontrarnos con otros y otras e interpelarlos y poner la construcción que dimos como ejemplo y estrategia.
—Muchos entienden que, de algún modo, para Cristina la lucha por sacar a este gobierno va antes que la lucha por conseguir el derecho al aborto, ¿cómo analizás esta lectura?
—En este caso no coincido con esta lectura de Cristina porque creo que también, en la conformación de un gran espacio que enfrente al macrismo, necesitamos construir nuevas formas de hacer política en donde la crítica y la confrontación entre nosotras mismas tenga un lugar que sea fértil, en donde podamos encontrarnos y decir: “yo la verdad que no creo y como feminista me parece imposible pensar en que la necesidad de techo o de vivienda este por arriba de la necesidad del aborto legal porque, mientras tanto, las mujeres nos estamos muriendo por abortos ilegales, porque mientras tanto no se nos reconoce como sujetas soberanas, políticas y libres de tomar decisiones, así que esto no puede estar en un segundo orden para mí”. Eso no significa que yo desconozca la necesidad de juntarme y reclamar por un techo, por trabajo, por el fin de las políticas neoliberales con muchos otros. Ahí, en el actuar en conjunto y en el construir en conjunto es donde puede surgir un magma mucho más interesante, que nos permita avanzar como sociedad mucho más allá de dónde pudimos avanzar durante el proceso kirchnerista.
—¿Es posible entonces pensar un frente o alianza política como plantea Cristina sin que el feminismo pierda su radicalidad o es necesario conformar un nuevo frente que pueda ajustarse mejor a las demandas de la agenda feminista?
—Creo que, no solo es posible, sino necesario conformar un gran frente antineoliberal que incluya a Cristina en un lugar central y que ahí las feministas tenemos un rol crucial de no bajar nuestras demandas, de hacerlas jugar dentro de ese gran frente neoliberal para poder potenciarlo y que cumpla el rol de cambio y disrupción que necesitamos para generar una sociedad mucho más justa y soberana.