Pichón dejó huella
Texto: Diego Carballido. Fotos: Cristian Maiola.
La última imagen con vida de Gerardo “Pichón” Escobar quedó encerrada en una cámara de seguridad en las afueras del boliche La Tienda. Lo estaba golpeando un patovica. El 14 de agosto de 2015. No hubo más noticias de él hasta que apareció flotando su cadáver, una semana después, en el río Paraná. Ese, fue el punto final en la historia de vida de «Pichón».
A partir de allí, comenzó la odisea de su hermana Luciana y de sus conocidos por encontrar algo de justicia entre tanto dolor. En la causa están imputados -y fueron excarcelados- dos policías que hacían «adicionales» en el boliche y tres patovicas.
Un nuevo aniversario de su desaparición fue la emotiva razón para compartir una muestra fotográfica alusiva a la búsqueda de justicia y también para proyectar en la cooperativa La Popular, de San Juan al 3464 de la ciudad de Rosario, el documental “Pichón, tu huella en la ciudad”, dirigido por Cecilia Sarmiento. Un valioso material que une todos los puntos que conformaban la historia de Gerardo.
Un docente es el protagonista que va hilando a través de distintas entrevistas todos los aspectos que hacían a la cotidianidad de “Pichón”. Sus compañeros de la escuela nocturna -porque quería terminar sus estudios- sus colegas y alumnos de Parques y Paseos, donde había ingresado desde muy chico y, a pesar de ser tan joven, ya capacitaba a otros empleados y finalmente su hermana contando las historias en barrio Alvear, donde la responsabilidad de ganarse la vida se les impuso a ambos desde muy pequeños.
Detrás de toda tragedia hay una historia. Ausencias que duelen. Injusticias que obligan a no bajar los brazos. Realidades que transforman a gente de a pie en íconos de la lucha contra los mecanismo que, supuestamente, fueron creados para protegernos. El calor de la organización entre quienes están pasando por las mismas injusticias. El arduo trabajo de mantener vivo el recuerdo de quien ya no volverá. Todo eso se dio cita en un nuevo 14 de agosto.