«Esta es la lucha que no podemos perder»

Por Azul Martínez.
A fines de enero la empresa cerealera Cargill, principal exportadora de granos de Argentina, decidió echar a un conjunto de trabajadores de sus plantas de Villa Gobernador Gálvez y Punta Alvear. Fueron elegidos 44 obreros a los cuales, primeramente, la firma les ofreció realizar retiros voluntarios a cambio de una indemnización de más del 100 por ciento. Los despidos fueron efectuados luego de que 33 de ellos no aceptaran la oferta, a los que luego se les sumó otro trabajador despedido en la planta de Bahía Blanca. A raíz de estos hechos, se sucedieron una serie de paros y medidas de fuerza impulsadas por el gremio de Aceiteros para exigir la reincorporación de los 34 obreros. Incluso se llamó a una conciliación obligatoria que no tuvo resultado ya que una vez vencido el plazo la patronal decidió reafirmar su decisión y no dejarlos ingresar a sus puestos de trabajo.
Hoy, tres meses después, el conflicto continúa agravándose y Cargill decidió responder con dos lock out en las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Bahía Blanca, uno realizado a principios de mes durante cinco días y otro, el pasado 19 de abril, que continúa en vigencia hasta el fin de abril y durante los cuales los trabajadores no percibirán su sueldo, implicando una reducción del mismo a casi la mitad. La patronal argumentó que la decisión fue tomada ya que «no están dadas las condiciones para operar de manera segura para las personas, instalaciones y procesos” debido a las huelgas realizadas por las cesantías. El Sindicato de Aceiteros de Rosario emitió por su parte un comunicado donde expresó que: “nuevamente Cargill pretende adoctrinar y disciplinar a los trabajadores”, y aseguraron que se mantendrán unidos frente al nuevo embate patronal, exigiendo la reincorporación de todos los compañeros despedidos arbitrariamente.
¿Cambio de perfil o adoctrinamiento sindical?
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la planta de Cargill en Alvear ocupó el primer lugar en el ranking de exportaciones durante 2017, aumentando los niveles un 25 por ciento más que en 2016 y un 121 por ciento más que en 2015. La pregunta que surge es por qué una multinacional con semejantes niveles de producción e ingresos, claramente beneficiada por las políticas económicas del gobierno nacional, decide realizar una reducción semejante de su personal. Los directivos aseguraron que el motivo respondía a cambios que buscaban hacer en el perfil de algunos empleados para “garantizar la continuidad de las operaciones de un modo seguro, eficiente y acorde a los nuevos desafíos del negocio”, sin embargo, el secretario general del sindicato, Daniel Yofra, rechazó este argumento aduciendo que los verdaderos motivos eran el ahorro de antigüedad y la muestra de poder, para adoctrinar y disciplinar.
Sin Cerco habló con Marco Pozzi, delegado de los trabajadores de Cargill, para analizar el contexto de lucha que están llevando adelante y conocer las medidas que se plantean a futuro. Al conflicto por las cesantías se suma además la discusión por las paritarias por las cuales volvieron a reunirse este jueves y vienen negociando, según Pozzi, desde hace dos meses. A su vez, remarcó que el problema más grande no es por el aumento ofrecido en sí, sino por una modificación de 7 u 8 puntos relacionados a conquistas gremiales que no están dispuestos a conceder. “Por dar ejemplos, nosotros cobramos el 1 por ciento más cada año por la antigüedad. En la nueva propuesta quieren que el trabajador que ingresa cobre solo el 0,5 por ciento y los que cuenten con más de 10 años que cobren según un análisis que hace la empresa de su desempeño, cuando en realidad si hay una cuestión que hay que discutir desde los sindicatos son los aumentos salariales y nunca dejar que eso lo disponga la misma empresa”, explicó Pozzi, y agregó que también quieren que haya guardias mínimas y se mantenga la planta funcionando en caso de huelga, lo cual para él disminuye fuertemente el impacto de esta medida.
Marco contó que no está habiendo diálogo con los directivos, pero que ellos están convencidos de que “la única manera de volver a producir es con los compañeros despedidos adentro de las fábricas”, y que continuarán con las medidas de fuerza que sean necesarias. Denunció que los lock out realizados por la firma son ilegales por atentar directamente al bolsillo de los obreros y, por supuesto, de sus respectivas familias, con el objetivo de quebrar la lucha de los sindicatos a partir del empobrecimiento de sus trabajadores. “Nosotros tenemos un respaldo como para bancar unos meses de lucha, nos vinimos preparando para situaciones como estas. Hemos creado un poder gremial que nos permite discutir un montón de cosas dentro de la fábrica y también hay una solvencia económica que nos deja luchar a ese nivel también. No les podemos pagar el salario a todos, pero si podemos darles ayudas económicas para salir adelante y que, de esa manera, entiendan que este es el único camino a seguir y que esta es la lucha que no podemos perder”.
De cara a un paro nacional
La multinacional sacó un comunicado el lunes 25 de abril, en el cual ratifica los despidos y vuelve a decir que la decisión no fue tomada para eliminar puestos de trabajo sino: “para rodearse de aquellos colaboradores que mejor le aseguren la posibilidad de crecer y prosperar”, considerando que los reemplazos responden a la falta de mérito de los operarios cesanteados: “cuyos comportamientos y desempeños no estaban de acuerdo con lo que la empresa necesitaba para sus operaciones”, y no a elecciones azarosas como denuncia el gremio.
Por otra parte, el 29 se vence la conciliación obligatoria y Marco ya adelantó que si la empresa no da marcha atrás, responderán con un paro a nivel nacional. También llaman a todos los gremios, entidades políticas y compañeros a participar del acto que va a ser realizado el 1 de mayo en las puertas de la fábrica de Villa Gobernador Gálvez. “Como una reivindicación, justo cumpliéndose 50 años de la creación de la CGT de los argentinos”, enfatizó Pozzi. El delegado dijo que, a su vez, desde Aceiteros de Rosario vienen trabajando con el gremio de Bahía Blanca desde que se inició el conflicto, diagramando distintas actividades para juntar fondos para la huelga y poder mostrar a la sociedad el daño que multinacionales que trabajan silenciosamente ocasionan en los lugares en donde se asientan.
En referencia a esto último Marco señaló que, desde hace un año a esta parte, vienen trabajando en conjunto haciendo análisis de datos de la obra social del sindicato con respecto al cáncer y algunas otras enfermedades laborales que la misma no reconoce. Y también, sobre el daño ambiental que estas mega fábricas provocan dentro de las poblaciones cercanas, teniendo en cuenta que no están alejadas, sino que se ubican en los pueblos. “Hemos sacado datos que nos permiten relacionar cualquier enfermedad de la población con las enfermedades laborales de los trabajadores”, explicó el delegado.
Las mujeres se organizan
El pasado lunes a las cinco de la tarde, dos trabajadoras de Cargill convocaron a una asamblea de mujeres en la entrada a la planta de Villa Gobernador Gálvez. Acompañando a las aceiteras se encontraban familiares de los obreros despedidos, militantes y representantes de espacios políticos como: Majo Gerez, del Colectivo “Ni Una Menos”, Virginia Grisolía de la agrupación del Frente de Izquierda “Pan y Rosas”, Caren Tepp de “Ciudad Futura”, y referentes de ATE, entre otras organizaciones.
María Martínez, una de las organizadoras, le contó a Sin Cerco que la reunión se pensó como una manera de seguir visibilizando la lucha y darle conocimiento de lo que está pasando a las esposas y familiares de los trabajadores. “Nosotras llamamos a que se sumen a la lucha, a que se tome conciencia de que estos despidos son por cuestiones políticas, para adoctrinarnos y perder derechos ganados y que fueron azarosos y cualquiera de nosotros podría haber estado o puede estar en un futuro en esa situación. También como una represalia hacia el sindicato que siempre tuvo como bandera luchar por nuestro salaria mínimo, vital y móvil”, comentó María.
Durante la asamblea, las trabajadoras hicieron hincapié en la necesidad de ser apoyadas por otros espacios que puedan sumarse a organizar o asistir a actividades que impulsen de acá en adelante y colaborar en su difusión. A su vez, María enfatizó en la importancia de luchar “codo a codo con el compañero”, y consideró que es fundamental la unidad de la clase trabajadora, no sólo desde aceiteros, sino con el resto de compañeras y compañeros de otras fábricas que también se están viendo afectados por la pérdida de sus puestos de trabajo.
Este 1 de mayo a las nueve de la mañana, la Multisectorial de Mujeres de Rosario llama a participar de la “Marcha de las Ollas Vacías”, para denunciar las políticas de ajuste que viene tomando el Gobierno de Mauricio Macri. La salida es en colectivos desde la sede de ATE Rosario, en San Lorenzo 1879, hasta Villa Gobernador Gálvez. Allí se realizará una breve marcha hacia la planta en Cargill para asistir al acto sindical.
Fotografía: Agrupación Mate Cocido – Centro de estudiantes de la Facultad Humanidades y Artes.