Con prensa, no se jode

Por Candela Ramírez. Fotografía: Ana Isla.
La 9 de julio ha sido testigo de históricas movilizaciones, desde las más masivas concentraciones hasta aquellas que apenas llegan a llenar la esquina del Obelisco. Todas -mayores o menores- testimonian una inquietud, un reclamo, una denuncia que, con suerte, ocupará las páginas de los diarios o imágenes de televisión.
Ayer, la ciudad de Buenos Aires con su flamante Obelisco ofreció nuevamente un lugar para el encuentro. Pero esta vez fue distinto. Esta vez, quienes convocan y quienes cuentan se fundieron en uno. Desde el 10 de diciembre se contabilizan mil despidos de trabajadores y trabajadoras de prensa en esta ciudad, más 1500 en el resto del país. Gremios de toda Argentina se concentraron para reclamar contra estos despidos, la precarización laboral, la persecución sindical y a favor de la libertad de prensa y expresión.
“Estamos peor que nunca, pero precisamente esa es nuestra fortaleza”
El frío del mediodía no aplacó el calor de quienes llevaron adelante la marcha hacia el Ministerio de Trabajo de la Nación. “Unidad y lucha contra los despidos y precarización” rezaba la principal bandera, con la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa –FATPREN– y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires –SIPREBA– a la cabeza.
Cerca de tres mil personas marcharon, muchas de las cuales vinieron desde el resto de la provincia de Buenos Aires, de La Pampa, San Juan, Mendoza, Tucumán, Misiones, Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Río Negro y Chubut.
Diego Pietrafesa trabaja en Telefé desde hace 23 años y es delegado de SIPREBA. Contó que en Ciudad Autónoma de Buenos Aires –CABA– hay 7 mil trabajadores registrados, de los cuales mil se quedaron sin trabajo en el último semestre. De los 6 mil que conservan sus puestos, 1500 están en “crisis salarial” o no cobran sus sueldos o lo hacen en cuotas o lo cobran pero “no lo hacen bajo la ley de paritarias que obliga a la empresa a negociar salarios”.
“Este panorama es desastroso”, manifestó el delegado gremial para describir la situación que atraviesan quienes trabajan en las tres ramas de prensa: radio, televisión y gráfica. “El Estado tiene la obligación de intervenir y no lo hace”.
Pietrafesa recuerda los despidos en su canal en 1998 –200 puestos de trabajo– y los de Clarín en el 2000 –casi 300–, sin embargo, consideró que nunca se vivió como ahora una tensión gremial tan grande: “Es imposible pensar que esto sucede de casualidad, que un día todas las empresas deciden burlarse de los trabajadores. Esto, además, sucede con empresas que falsamente se las atribuye vinculadas al gobierno anterior. Hay empresas como Perfil, Clarín, Editorial Atlántica, Agencia Diarios y Noticias, que no tienen nada que ver con el kirchnerismo y la están pasando pésimo. Entonces, es falso el argumento de que ‘bueno negro, embromate, vos laburás para Szpolski, te embromás’. No solamente es un argumento de canalla, sino que también es falso”.
“Esta marcha es ante todo un ejemplo de que la unidad de los trabajadores no es mera utopía ni mero eslogan, porque si así fuera, los empresarios y gobiernos no estarían tan preocupados en atacarnos, en desmerecernos, en decir que los sindicatos no sirven para nada, que los trabajadores unidos no sirven para nada. Si nos joden tanto, es porque les molestamos y si les molestamos, quiere decir que estamos haciendo bien nuestro trabajo sindical y como colectivo de trabajadores”, planteó el periodista y concluyó: “Estamos peor que nunca, pero precisamente esa es nuestra fortaleza porque más abajo no podemos estar”.
Por su parte, Sofía Benavides es redactora de la sección Internacional en Infobae y delegada. “El gremio atraviesa un golpe muy duro” planteó al tiempo que enumeró las conquistas de los últimos años de lo que ella considera que es “un proceso de organización profunda de los trabajadores de prensa”. En este sentido, remarcó la importancia del logro de tener delegados y poder tener un cese de tareas para, por ejemplo, asistir a marchas como la del miércoles –#8J.
“No hay que confundir la libertad de empresa con la libertad de prensa”, sostuvo y agregó: “Lo cierto es que los trabajadores tenemos que pelear por la libertad de expresión más allá de la división que haya en nuestros patrones circunstanciales. En el ajuste están juntos los unos y los otros –haciendo referencia a las líneas editoriales oficialistas y opositoras- y nosotros tenemos esa conciencia de que la pelea por la libertad de expresión es la pelea por nuestros puestos de trabajo”.
Entre la multitud, paseaba atenta la corresponsal mexicana Cecilia González. “Yo nunca había tenido tantos colegas, ni en México ni acá, desempleados. Ha sido como muy brutal ver en estos últimos meses el cierre de medios, la manera en la que han humillado y estafado a trabajadores de prensa”, manifestó al tiempo que dijo que en los 14 años que lleva trabajando en Argentina nunca vio una manifestación de periodistas de esta magnitud. “El desafío del periodismo en general en todos lados es contar buenas historias. Acá lo que pasa ,en Argentina, es que quedó muy contaminado el tema del periodismo por la pelea de medios opositores y oficialistas durante el kirchnerismo, que ahora intercambiaron papeles: los que antes eran opositores al kirchnerismo ahora son oficialistas del macrismo. El tema es que también hay que entender y ser conscientes de que cada medio, tanto privado como público, tiene su línea editorial y en todo caso, también entender y respetar. Eso es lo que luego nos hace falta hacer entender a los lectores, es que mas allá de las líneas editoriales hay periodistas que hacen muy bien su trabajo sin importar en donde estén. Los periodistas no somos nuestras empresas, eso es muy importante”, concluyó.
El caso más emblemático
En diciembre comenzó un proceso bautizado como “vaciamiento del Grupo 23”. Infonews, Tiempo Argentino y Radio América quedaron en un entramado de disputas judiciales que dejó sin trabajo a las personas que trabajaban en estos medios. Ayer, ellas se encontraban presentes en la movilización.
En el caso de Tiempo Argentino, actualmente está autogestionado por sus propios trabajadores y trabajadoras, a través de una ocupación pacífica de sus oficinas. El último sueldo lo habían cobrado en diciembre y esta semana se pudieron realizar los primeros pagos luego de haberse constituido como una cooperativa.
Alejandro Wall, editor de Deportes y vocal primero de la incipiente cooperativa, expresó: “Nuestra pelea y la situación que atravesamos en Tiempo obviamente lo han aprovechado otras empresas para precarizar en sus lugares de trabajo. Que nosotros podamos salir adelante es una demostración y un anuncio al resto de los patrones de que tengan cuidado con lo que van a hacer con los trabajadores de prensa porque estamos organizados y salimos a la calle, también nos podemos organizar para sacar nuestros propios medios”.
El vocal evaluó la importancia de la movilización: “Estamos afuera de la paritaria, nosotros nos autogestionamos, pero creemos que la fortaleza del gremio de prensa en su conjunto en todo el país también nos fortalece a nosotros como cooperativa”. “No hay libertad de expresión si no tenemos condiciones de trabajo dignas”, manifestó. Hoy, en Tiempo Argentino hay 120 personas trabajando.
Por otra parte, Radio América, si bien no fue constituida como cooperativa, funciona también de forma autogestionada y en el mismo edificio que Tiempo Argentino. Matías Colombatti trabaja ahí y contó que la audiencia de la radio aumentó desde que están en esta situación, “desde que no es más administrada por una empresa”. Desde diciembre, tuvieron más de veinte audiencias con el Ministerio de Trabajo, firmando acuerdos que luego fueron incumplidos por la patronal. Hasta ahora se vienen sosteniendo a través de donaciones de la comunidad.
“Esto se destraba políticamente con buena voluntad por parte del Estado, veremos si finalmente el Ente Nacional de Comunicaciones –ENACOM– interviene la radio, si la licitan nuevamente o si nos permiten negociar con algún empresario previo a adjudicar la licencia, las condiciones de trabajo y la continuidad laboral”, manifestó el periodista y agregó: “Luchar con esperanza, lucha cualquiera. Hoy nosotros la verdad es que estamos luchando sin ningún tipo de esperanza de una pronta solución. Lo hacemos por amor a la radio y porque estamos seguros que nuestro reclamo es legítimo y es justo”. Allí trabajan por lo menos cien personas, que hace meses que no cobran un sueldo de parte de la radio.
Finalmente, el medio que cerró fue Infonews. Las y los trabajadores lograron llegar a un acuerdo con la empresa. Sin embargo, Ezequiel Dolber, delegado de este medio, planteó: “Los compañeros se encuentran en una situación de tener que salir a buscar laburo en un mercado donde las patronales solo despiden trabajadores y donde los puestos de trabajo que se abren son en condiciones de suma precarización, de bajos salarios. Entonces, por eso estamos haciendo esta acción colectiva de todos los trabajadores de prensa, justamente para defender nuestros derechos en su conjunto y no caer en la división que nos quieren imponer las patronales y el gobierno”. Allí se perdieron 52 puestos de trabajo.
“La unidad es la gran figura de este encuentro”
La marcha avanzó con cánticos y bengalas, hasta su primera parada: Radio Nacional. Allí, a través de un megáfono, se hizo hincapié en la necesidad de mantener la unidad y el rechazo a los incumplimientos de las distintas empresas de medios. Se entregó, entonces, un petitorio a las autoridades de la radio por la violación de los estatutos y convenios de trabajo. “Con prensa no se jode”, se escuchaba de fondo.
Finalmente, frente al Ministerio de Trabajo de la Nación, se montó un pequeño escenario desde el cual distintos dirigentes del país dieron unas palabras de aliento a sus colegas y vociferaron sus demandas.
En representación del Sindicato de Prensa de Rosario, habló Edgardo Carmona: “La unidad es prometedora, es fundamentalmente potente y arrolladora, compañeros. Es la unidad la que desde la FETRACOM, desde de la CTA de los trabajadores, que hace tiempo que venimos enunciando como herramienta fundamental para el movimiento obrero argentino. Es la unidad, compañeros, de todos los trabajadores organizados la que nos va a permitir estar a la altura de la circunstancias. Son los sindicatos con su gente, las organizaciones que van a poder confrontar dinámica y permanentemente contra este modelo que nos quiere someter al hambre y a la exclusión”.
Siguieron las palabras de dirigentes de Córdoba, Corrientes y CABA. En medio de la muchedumbre, un dirigente escuchaba atento y aferrado a su bandera del Sindicato de Prensa de La Pampa. Miraba a lo alto, leyendo las consignas embanderadas, y al cielo. Los ojos llenos de lágrimas de Flavio Frangolini lo decían todo. Mientras el redoblante no daba tregua al compás de “unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”.